Costa de Cuba, Castillo del Morro |
Era una clásica trocha española. Al igual que las anteriores, se tenía que realizar el desbroce del territorio a lo largo de todo su recorrido en una franja de unos 50 m y con fuertes situados cada 1.000 metros , con torres de dos pisos y numerosos blocaos entre los mismos, protegiéndose todo su frente con una línea estacada de alambradas y empalizadas. Para el abastecimiento de los diferentes puestos militares se contaba con la construcción de una línea de ferrocarril que discurría paralelo a la misma Nunca se concluiría su construcción, el mando español decidió suprimirla, tanto por su ineficacia como por el alto coste que suponía su construcción. En ese momento se habían construido 52 km y contaba con 3.000 hombres como guarnición. Los mayores problemas de los que adolecía era que no podía hacer fuego cruzado y la distancia que había entre los fuertes apoyarse en caso de ataque entre ellos, tampoco disponía de campos tiro despejados para concentrar el fuego.
Fuerte español |
Fuerte de Santiago de Cuba |
Quizás la zona mas fortificada de toda la isla de Cuba era la ciudad de Santiago, creando un complejo entramado de fortificaciones.
El litoral de Santiago de Cuba desde 1762 siguió fortaleciendo su sistema defensivo . A la entrada de la bahía además del Castillo del Morro, se instalaron las baterías de Aguadores, Sardinero, Siboney, Juraguá (dos), Cabaña, Someruelos, y Bueycabón (dos). También se extiende la linea defensiva con elos Fortines de Punta Gorda, Punta Blanca, Cayo Duán, Buenavista, Cayo Granma y Cayo Ratones.
Dentro de la ciudad también abundan las fortificaciones, lamentablemente muchas de ellas ya perdidas podemos citar: Fuerte de San Antonio Fuerte de Cuabitas, Fuerte de Santa Inés Fuerte del Cuartelillo Fuerte de Espanta Sueño, Fuerte de Canosa, Fuerte de Pedrera, Fuerte de Santa Úrsula, Fuerte de de la Beneficiencia, Fuerto Nuevo y último, además la ciudad contaba con una estación de gas que constaba de otro Fortín para su defensa.
Fuerte del Palomar, Santiago de Cuba, con torre heliográfica |
Fortín realizado en madera |
Enfermería de San Isidro, donde sirvió Ramón y Cajal |
En las afueras de la ciudad ya estaban sirviendo el fuerte de Arroyo Hondo; Fuerte de San José de Paradas,Fuerte de San Miguel de Paradas,Fuerte de la Loma de la Cruz Fuerte de El Viso, Fuerte Escandel y por último Fuerte San Juan.
A todas estas instalaciones defensivas se unía también la llamada Torre de las Palomas, un edificio ochavado de dos plantas, el cual se ubicaba en la antigua “Normal”. Desde esta construcción se usaban palomas mensajeras y más tarde el heliógrafo como vía de facilitar la comunicación del ejército español.
Fortín de Yarayó |
Fortín de los Hornos |
Litografía de fortín en Cuba |
Como curiosidad, citar que el general Pieltain, en 1873, trata de ponerla operativa otra vez, pidiendo ayuda a los hacendados de la zona para que le envíen 1.500 trabajadores de sus fincas, pero en el último momento son sustituidos por trabajadores chinos, lo que dará lugar muchos retrasos, teniendo al final que realizar las labores de fortificación las tropas españolas, con el consiguiente perjuicio en las operaciones militares.
Se trataba de uno de los peores destinos a los que se podía acceder en Cuba, pues su trazado se encontraba situado en una zona muy insalubre y pantanosa.
Fuerte Daiquiri protegiendo la vía férrea |
Estación de tren de Sabanilla |
A este hecho había de sumársele otro más: los oficiales al mando de las distintas unidades destacadas en sus fuertes solían caer en la desidia y el alcohol, produciéndose así graves problemas de disciplina.
Los mandos militares utilizaban algunos de sus puestos, tal que San Isidro, como destino de castigo para los oficiales pendencieros y problemáticos.
Ramón y Cajal, de uniforme |
Vista ampliada de la enfermería donde prestó servicio Ramón y Cajal |
El futuro premio Nóbel, Ramón y Cajal, fue encargado de la Enfermería de San Isidro de la localidad de Vistahermosa siendo la peor enfermería y la más peligrosa donde se podía caer, pidiendo el destino de manera voluntaria y haciendo caso omiso a las cartas de recomendación que su padre le había empeñado darle para conseguir un buen destino dentro de
También habla de un asalto de los mambises a su hospital y cómo, con gran determinación toma un fusil y munición y se aposta en la ventana para repeler el ataque, siendo ejemplo para los enfermos menos graves que le secundan; quizás todos sabían qué había pasado en el hospital de Cascorro, muy próximo, donde los mambises al mando de Calixto García, en el otoño de 1896, habían conseguido sorprenderlos y pasaron por armas al médico y a los enfermos que se encontraban en él. No hace falta decir que el ataque fue repelido.
Pero la enfermedad sigue su curso y va minándole fuerzas a pesar de la quinina que se tiene que tomar diariamente. De aquellos días recuerda que tuvo que hacer esfuerzos para evitar juego, tabaco, ginebra y mujeres, que constituían los grandes vicios de la oficialidad española en las islas. Además tenía grandes penurias económicas debido a los retrasos de las pagas que se venían sucediendo con demasiada regularidad; no solo era un retraso gubernamental sino también recuerda que, de sus cuatro meses de servicio, solo cobró parte porque el responsable de la sanidad militar de La Habana , un tal Villaluenga, había dado un desfalco de 90.000 mil dólares y se había escapado a Estados Unidos con una pelandrusca.
Ramon y Cajal es muy crítico con este sistema de fortificaciones que invitaban a las guarniciones a una inmensa apatía y provocaban una caída de moral por momentos, sin verle ningún tipo de servicio para resolver la guerra a favor de los intereses de España y viendo que las exiguas finanzas españolas eran gastadas en obras de fortificación de poco valor. Más aún, cuando todos los recursos eran necesarios para otros menesteres.
Compañía de Ingenieros levantando un fortín |
Soldados españoles posando en Santiago de Cuba |
Fortín en Santiago de Cuba |
Critica que muchos fortines estuvieran en plenos pantanos, donde todo se volvía insalubre y cuenta que para cuando son abandonados y se dan de cuenta de lo poco efectivos que son, ya habían costado más de 20.000 soldados caídos por enfermedades.
Aún así, parece que todo esto que comenta podría sobrellevarlo, pero lo que más le repugnaba era la falta de moralidad de los compañeros que allí se encontraban, estafando al Estado, pues se llegaba a robar las gallinas que se mandaban para alimentar a los enfermos y parece ser que toda la guarnición participaba de tal cosa, menos Ramón y Cajal, cosa que no le granjeó muchas amistades, en especial con el comandante del puesto.
Casa típica cubana |
Ramón y Cajal protagonizaría un enfrentamiento con él durante un ataque de las fuerzas mambisas, impediría que éste oficial introdujera en el hospital, junto a los enfermos y heridos, sus dos caballos. Sometido a un consejo de guerra, saldría absuelto de los cargos que se le imputaban al tiempo que se cambiaba de destino al oficial; se alegó que había protagonizado tan lamentables hechos por motivos de salud.
Acaba regresando a la patria como inutilizado de guerra, sin apenas dinero ya que se le deben más de 8 meses de sueldo y tras conseguir pagar el pasaje gracias a que, después de mucha insistencia, se le hace efectivo un trimestre de los adeudados, no sin que el pagador se quede con el 50% del dinero, con diversas alegaciones.
D. Santiago Ramón y Cajal, en un párrafo de sus memorias:
“Adversa se mostró mi suerte al regentar el nuevo destino. De las deficiencias higiénicas de San Isidro certificaban, de una parte, la guarnición, casi siempre enferma en sus dos tercios, y de otra, el hecho singular de haber sido escogido dicho paraje -vasta sabana cruzada por ciénagas- como lugar de corrección de oficiales borrachos y calaveras. Uno o dos meses de destierro en San Isidro considerábase recurso heroico capaz de domar las más inveteradas rebeldías. Se decía, y no a humo de pajas, que, acabada la suave condena, los oficiales levantiscos gozaban la más dulce de las tranquilidades: los unos por haber muerto; los otros, por yacer impotentes en el lecho del dolor”.Las unidades españolas que prestaban servicio en esta trocha antes del Desastre fueron:
Regimientos de Infantería
Caballería española peninsular |
-"Cuba número 65" (con 2 batallones)",
-"Asia número 55 "
-"Provisional de Puerto Rico número 1 ",
-"Constitución número 29" (con 1 batallón),
-"Talavera número 4" (con 1 batallón)
Caballería
- aproximadamente 2 escuadrones
Artillería
-12 Compañías Artillería
- Sección de Batería de artillería de campaña
Otras unidades
-Batallones de Infantería de Voluntarios número 1 y el número 2,
-1 Compañía de Guías
-1 Compañía de Reservistas
-1 Escuadrón de Caballería de Voluntarios
-1 Destacamento de Bomberos
-Destacamentos de Ingenieros, Sanidad Militar y Guardia Civil
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