Es el quinto puente que cruza la ciudad de Ourense y, en opinión de los expertos, está considerado uno de los diez puentes más interesantes de España por su arquitectura vanguardista.
Resultado de un concurso realizado por la Xunta de Galicia, se empezó a proyectar en 1997 y fue inaugurado en el 2001, diseñado por el arquitecto Álvaro Varela (arquitecto por la Escuela de Arquitectura de Madrid, master en la universidad de Yale y Doctor por la de Tokio donde ha trabajado de manera continua) y el ingeniero Juan M. Calvo.
La obra duró aproximadamente 4 años, retrasándose sobre los 3 inicialmente previstos, debido a las inundaciones del Rio Miño; nuevos cálculos tuvieron que realizarse por parte de las constructoras en previsión del que el cauce del rio Miño fluctuara y pudiera poner en peligro las obras, tal como efectivamente acabó ocurriendo: una de las numerosas crecidas de nuestro río arrastró la cimentación de una de las torres, quedando todo en una anécdocta sin graves consecuencias, pudiéndose reanudar las obras con total normalidad.
Su presupuesto fue de 10.271.296 euros y en su construcción participaron Oca, Acs y casi 40 empresas subcontratadas. El puente, que es una combinación de hormigón y acero, con 275 metros de largo y 23 metros de ancho, se reconoce solo al verlo por su original curva en forma de gaviota. Ésta alberga una pasarela peatonal con 100 escalones que llega a elevarse 22 metros sobre la parte del puente por donde circulan los coches.
Si a ésta le sumamos los 36 metros de altura del vano central del puente respecto al río, estamos entonces asomándonos a un mirador que se encuentra a 58 metros sobre la ciudad de Orense, lo que nos facilita poder contemplar un paisaje excepcional. Además, la pendiente de los alerones es del 67%, por lo que algo de vértigo da subir o bajar las escaleras por las que se accede a sus picos más altos.
El puente se sustenta en dos grandes pilares y tirantes metálicos en la parte superior de 7 pares. Es impresionante ver el alto nivel técnico que tiene y cómo se han combinado la funcionalidad y la vanguardia estética. Es un puente de carácter que no te dejará indiferente.
Como curiosidad técnica decir que utiliza pretensado exterior extradorsal, tanto superior, como inferior, de novedoso uso en España y su superficie es totalmente redondeada, sin aristas, lo que hace mucho mas agradable la vista del resultado final.
No es extraño ver muchos turistas y estudiantes de arquitectura visitándolo, la verdad es que merece la pena detenerse en este punto del paseo por la ciudad, con muchas más razón si eres aficionado a la fotografía, pues ofrece ángulos y panorámicas muy sugerentes.
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