Los Oca, fundadores del pazo del mismo nombre, de Ourense, seguramente llegaron a la ciudad sobre finales del siglo XV, de manos de Don Suero de Oca, (sus padres eran Don Alvaro de Oca y Doña Constanza de Ribadeneira siendo su padre primo del Arzobispo de Santiago Don Rodrigo de Luna).
Los abuelos paternos de Doña María fueron Don Diego Álvarez de Sotomayor y Doña María Álvarez Gómez. A los dos mariscales (Payo Gomez de Sotomayor y su padre Diego Álvarez de Sotomayor) se les supone enterrados en el Monasterio de Santo Domingo de Pontevedra y su abuela, señora de Rianxo, “fue sepultada en otro Monasterio a tres leguas de Pontevedra. Vense allí sus armas que son en campo de plata tres fajas jaqueladas de oro y rojo y por medio de cada faja otra faja”, de manera que podemos deducir que las armas de Doña María Gómez de Sotomayor eran las armas de su linaje, el de los Sotomayor.
En la obra “Nobiliario, armas, y triunfos de Galicia, hechos heróicos de sus hijos”, escrito por Felipe Gándara (1677) encontramos el siguiente párrafo:
“Suero de Oca, natural de Galicia (cita que sus antepasados son del Reino de Vizcaya), hijo de Álvaro de Oca (que pasó a Galicia en el reinado de Don Juan II) y de Constanza de Ribadeneira (hija de esta casa), nieto de Don Fernán Pérez de Oca y Doña María de Araoz (Casa de Vizcaya) que tiene mucha sangre real de este reino, biznieto de Don Pedro de Oca Garai (…) Álvaro de Oca (el padre de don suero de Oca), pasó a Galicia con Rodrigo de Luna, Arzobispo de Santiago, que además eran primos (por parte de madre), casando en Galicia por la gran autoridad y estima que tenía por Galicia, con Constanza, fundando la casa de Oca. Además de Suero de Oca, tuvo otro hijo llamado Álvaro que éste a su vez tuvo otro de igual nombre, en las inquietudes que había creado en Galicia el Conde de Camiña, Don Pedro Álvarez de Sotomayor llegó a aquellas tierras Ladrón de Guevara, y convocó a todos los nobles para que le ayudasen a recuperar las ciudades de las que se había apoderado el Conde de Camiña, a esta llamada acudieron el arzobispo de Santiago, Don Sancho de Ulloa (Conde Monterrey), Álvaro de Moscoso (Conde de Altamira), Diego de Andrade (Señor de Puentedeume) y Suero de oca y otros caballeros”
Después de esta relación de antepasados continúa el relato que no tiene desperdicio pues parece sacado de una novela de intriga:
“Ladrón de Guevara, trató de encaminar sus pretensiones de apresar al Conde de Camiña y ordenó a un peón, Fernando Calvado, llevarle una carta y mientras éste estuviera leyéndola, cortarle las piernas al caballo donde estaba y que luego acudirían y le prenderían”.
...Pero, según parece, el ardid no funcionó porque el Conde de Camiña se fue a un lugar apartado a leer la carta.
Después de aquel suceso, Ladrón de Guevara empezó a sospechar que el que filtró el ardid, fuera Suero Gomez de Sotomayor, Mariscal de Galicia, que era primo del Conde de Camiña y que además Suero de Oca era cuñado del mismo mariscal casado con su hermana María Gómez de Sotomayor y que parecía que los demás caballeros profesaban amistad con el conde de Camiña, “así que los convidó a un banquete a su nave y se encontró con ellos García Martinez de Barbeito”. Hay varias versiones, pero parece que en la conversación se dieron de cuenta de la trampa, o fueron avisados por él. Fuera lo que fuese, Ladrón de Guevara convenció al Arzobispo de Santiago de que Don Suero de Oca era culpable de colaborar con su cuñado, así que entraron por sorpresa en las tierras de Santiago que poseía Don Suero y éste, ante la imposibilidad de defensa, abandonó apresuradamente puso camino a Ourense, dejando a su esposa quizás pensado que “por ser señora de tanta calidad y dignidad de todo respeto y hermana del mariscal” no le pasaría nada. Sin embargo, el Arzobispo la prendió y se la llevó a la fortaleza de Santiago “la cual, ocupada de pena por verse prisionera, en tres días murió”
Fue enterrada en el Monasterio Dominico de la Quintana. Lamentablemente, en unas reformas que se hicieron, desapareció la lápida, pero dice Felipe de Gándara que rezaba de tal manera,
“Aquí yace la Noble Señora Doña María Gómez de Sotomayor, hermana de Suero Gómez de Sotomayor, Mariscal, y mujer de Suero de Oca, Dios perdone su alma”.
Quizás a lo largo del año 1477, viene a refugiarse desde Santiago de Compostela donde comentábamos anteriormente se encontraba el palacio de Oca principal.
El palacio de Oca de Santiago de Compostela será confiscado por el arzobispo Fonseca y los Condes de Monterrey en 1477 al ser acusado de complicidad con Pedro Madruga. La mitra, a su vez, se lo traspasa en 1564 al rey Felipe II y acaba siendo adquirido en 1586 a la Corona por María de Neira, hija de Juan de Otero y Neira, (Regidor de Compostela).
Don Suero se refugia en Ourense, donde tenía algunas relaciones ya que el Abad de Celanova, Don Álvaro de Oca, seguramente fuese su primo, (otras fuentes dicen que era su padre). Casa en segundas nupcias en fechas desconocidas con Eugenia de Deza (hija de Fernán Arias de Deza Varela señor de Deza y Paradela), emparentando, de esta manera, con la nobleza de la ciudad. Pero su mujer fallece y como costumbre más o menos extendida de la época, se hace monje en el Monasterio de Osera, donde hace carrera eclesiástica (también norma habitual) y consigue gran fortuna para su familia.
En el año 1485, Don Suero consta como Abad de Osera. En 1506, aparece como Abad del Monasterio de Ribas de Sil.
En 1510 lo volvemos ver en la ciudad de Ourense como Deán de la Catedral y al año siguiente, firma como Obispo de Tarso, (aunque el libro “Chronica de la Orden de S. Benito, patriarca de religiosos” escrito por Antonio de Yepes, lo sitúa como obispo de Tarso ya en 1486)
En esa época, desde 1485 hasta 1513, atesora bastantes propiedades: por su cargo debía ocupar la casa del Deán como su residencia habitual, también compra casa en la rua de los Zapateros (que se supone que debe de ser la calle que da a las escaleras de la Iglesia Mayor) que posteriormente será residencia de su hijo Álvaro de Oca mientras construye el Palacio.
En el año 1512, Álvaro de Oca, hijo de don Suero, aparece como Regidor de la ciudad de Ourense. Por estas fechas ya aparece casado con Doña María Sarmiento Ribadeneira y Zúñiga, Señora de Celme* (hija de Doña María Sarmiento de Zúñiga y de Don Rodrigo Vázquez de Ribadeneira, señores de Tores).
En 1513 fallece Don Suero de Oca. Al matrimonio se le supone enterrado en la capilla de San Facundo y San Primitivo, en el ábside de la catedral.
Don Álvaro de Oca continúa acumulando propiedades y, como decíamos, aprovechará para edificar un pazo que es el que conocemos hoy como Palacio de Oca tal como está construido, pues pudiera haber habido otra edificación anterior perteneciente a Don Suero en la rua Nova, seguramente un edificio colindante, o muy próximo.
En el año 1522 logra que el concejo de Ourense le otorgue un foro (una huerta) a perpetuidad “que estaba arrimado al camino real" que salía de la ciudad para la huerta del concejo e iba para la fuente del Obispo. Es curioso que en el documento no se cite en ningún momento la canella de la Sinagoga, (calle tal como la conocemos ahora), ya que muchos estudiosos del tema la sitúan muy cercana a ese solar.
En 1528 se contrata con Antonio Díaz, cantero de Orense, la fachada del palacio. Al año siguiente, el matrimonio Álvaro de Oca y María Sarmiento constituye mayorazgo a favor de su hijo Suero de Oca y Sarmiento. Seguramente en 1583 se dio por terminado el edificio, siendo su heráldica perteneciente a este año con lo cual la podemos datar como del siglo XVI.
El 24 de junio de 1590, los habitantes de Celme elevan sus quejas a la Chancillería de Valladolid contra Don Álvaro de Oca y Sarmiento (es el que está casado con Doña María Lemos y Saavedra) ya que según ellos se jacta de ser suya la jurisdicción de Celme y les dice sus vasallos. Además exige a cada vecino un carro de leña, un carnero, tocino cebado y aplica la “luctuosa” que era “la mejor cosa de cuatro pies que dejaba el vecino al morir” y solicitaban por todo esto que el coto de Celme, con su señorío y vasallaje, fuera perteneciente a la Corona y Patrimonio Real y se condenase a Don Álvaro de Oca y Sarmiento que no se jactase de ser señor de dicho coto, que restituyera todo y que dejara sin efecto la nueva petición que les hace de entregar dos panes de centeno y dos azumbres de vino. El pleito se resuelve casi a partes iguales, la luctuosa deja de ser aplicable y no deben entregar los panes y ni el vino, pero se mantiene el coto de Celme en manos de Don Álvaro.
Probablemente en 1603 muere Don Álvaro de Oca y se hace cargo de sus bienes por mayorazgo Don Diego de Oca y Sarmiento, que esta casado con Brianda Ordoñez y en 1626 veremos a su hija, Doña María, cediendo sus bienes a favor de su hermano Álvaro de Oca y Ordoñez.
A Don Suero de Oca se le conocen dos hijos: del primer matrimonio con María Gómez de Sotomayor desciende Don Álvaro de Oca** y del segundo matrimonio con Eugenia de Deza, se le asigna como hija Doña Elvira de Oca.
Blasón de la casa de Zúñiga |
De Doña Elvira desconocemos si tuvo descendencia. De Don Alvaro de Oca que heredará el mayorazgo, sabemos que casará con Doña María de Sarmiento de Ribadeneira (también se la puede ver llamada María Sarmiento Zúñiga) y tendrá al menos cinco hijos:
1.- Suero de Oca (casa con Teresa de Sotomayor)
2.- Diego de Oca y Sarmiento (casa con Leonor Zúñiga), Señores de Celme y continuarán sus descendientes el mayorazgo en su hijo Don Álvaro de Oca y Zúñiga, que se casa con María Lemos Saavedra. Estos serán los que den la forma final al Pazo de Oca.
3.- Pedro de Oca y Sarmiento
4.- Alvaro de Oca y Sarmiento
5.- Violante Sarmiento de Ribadeneira (casa con García Díaz de Cardóniga)
La edificación
La fábrica del palacio es de granito duro, lo que dificulta las labores de talla y tiene planta regular en torno a un patio cuadrado. La fachada presenta dos cuerpos separados por una pequeña moldura. En el cuerpo bajo se abre la puerta principal que es adintelada y decorada con una moldura sencilla. En la fachada que da a la calle tiene cuatro balcones con balaustradas estrechas y, de las cuatro puertas en su fachada, tres están coronadas por arcos conopiales y, el cuarto, que es la puerta principal, tiene aires de inspiración góticos. Se complementa la decoración de la puerta con cinco escudos heráldicos.
Dispone de gárgolas y la cornisa está trabajada de manera sencilla. Tiene dos plantas siguiendo una tipología de palacio urbano gallego; aunque no podemos afirmar que haya una disposición general para todos ellos, varía mucho según los posibles y la riqueza de la familia en cuestión, las posibilidades que ofrece el solar sea construido. Quizás, lo único que todos tienen en común es la portada, donde se ponía mucho esmero como eje del edificio. El segundo piso suele disponer de un balcón o varios donde no hay tamaño fijo y puede contar con discretos ornamentos.
Seguramente, al entrar en la casa y llegar al patio nos encontraríamos las caballerizas, la leñera, cocina y una estancia que serviría de despensa o almacén para la comida del pazo. En el piso superior estarían las cámaras de los señores y quizás alguna recámara. Y hacia la parte sur, un solario, una habitación donde pasar las tardes de invierno.
En nuestro caso este patio rústico dio paso con el tiempo a un gran patio rectangular (que hasta el año 1951 continuaba descubierto al aire, sin la cristalera que vemos ahora) de dos cuerpos, sostenido por columnas toscanas y pilares octogonales. En las esquinas del edificio van escudos iguales a los de la fachada principal. Los dos pisos se comunican por una soberbia escalera que arranca desde uno de los ángulos del patio.
Esta considerado el tercer palacio renancentista de Galicia en lo que a su buen estado de conservación se refiere.
*El castillo de Celme anda por tierras de Cartelle y fue destruido en las guerras Irmandiñas.
**Felipe de la Gandara dice que don Alvaro de Oca es hijo del segundo matrimonio, con Eugenia de Deza
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